El peatón ganará iluminación y se tendrá en cuenta el patrimonio arquitectónico, siempre, bajo criterios de eficiencia energética. Son los principales puntos sobre los que ha incidido el Plan Director de Iluminación que el consistorio presentará en septiembre como medida de gobierno, y que marca una renovación del alumbrado a largo plazo que empiezan a ponerse a prueba estos días con diversas actuaciones. Lo explicó ayer el teniente de alcalde de Hábitat Urbano, Antoni Vives, en la calle de Galileu del distrito que gobierna, Les Corts, donde ya se ven flamantes farolas de menor altura que el resto con dos puntos de leds, uno para alumbrar la acera y otro, la calzada.
La idea del ayuntamiento es que este plan, que fue una de las condiciones que puso el PP para acordar los presupuestos municipales del 2012, ya que los populares, al igual que otras voces, son de la opinión de que Barcelona es oscura, es que marque las directrices de la iluminación a largo plazo en una ciudad con más de 153.000 puntos lumínicos.
UN 30% DE AHORRO ENERGÉTICO
Vives, que remarcó que las nuevas tecnologías han eliminado la idea de que «iluminar más es contaminar lumínicamente», subrayó los tres frentes sobre los que se sustenta el plan: potenciar la implantación de leds --que ahorran un 30% de consumo-; alumbrar las aceras para que el peatón gane seguridad y comodidad y, en algunas zonas, incorporar que la potencia varíe si pasa alguien o no; y apostar por el patrimonio arquitectónico de la ciudad, o sea, por los edificios y monumentos.
Sobre este último punto el concejal explicó que el consistorio marcará criterios para los edificios públicos que servirán de base para los privados, cuyos propietarios deberán presentar su proyecto respetando esas directrices. Estas pautas incidirán en la iluminación vertical y de un elemento ornamental, y se inspirarán, según explicó durante el reciente viaje institucional a China el alcalde Xavier Tias, en las luces de ciudades como Hong Kong.
Las primeras actuaciones, que estarán acabadas antes de agosto y que suman cerca de 80.000 euros, ya se llevan a cabo en la calle de Galileu. En esa vía, entre las calles de Can Bruixa y de Europa, se están acortando las farolas, pasando de los 7,5 metros a los cinco para que los árboles no interfieran y no molesten a los vecinos de los primeros pisos, algo que no se extenderá necesariamente a toda la ciudad, y se están instalado dos puntos de leds, uno que ilumina la calzada (como antes) y un segundo para la acera. Cerca de allí, en la avenida de Josep Tarradellas, desde la semana próxima se probará la iluminación inteligente con sensores de presencia para incrementar los niveles lumínicos o cambiar la intensidad según las necesidades.
En otra línea de actuaciones también están a punto de empezar los trabajos para mejorar la iluminación del monumento a Verdaguer, en el cruce del paseo de Sant Joan y la avenida de la Diagonal.
Fuente: El Periódico