El Centro de Acogida Turística de Ripoll volverá a abrir sus puertas al público este viernes de la mano de una iniciativa privada que combina la Fundación MAP y el Centro de Educación Ambiental Alt Ter. La directora del MAP, Herminia Ordeig, ha explicado a la ACN que el proyecto se basa en tres grandes actividades: gastronomía, actividades turísticas y el alquiler de bicicletas eléctricas, las 'burricleta'. La segunda etapa de este equipamiento turístico ubicado en Can Guetes "cambia bastante la filosofía respecto a cuando se abrió", añadió la directora. En este sentido, el centro de interpretación no desaparecerá, "pero será mucho más dinámico". El equipamiento ha necesitado una inversión inicial de 50.000 euros.
El Centro de Acogida Turística de Ripoll bajó la persiana a finales del año pasado porque el Gobierno dejó de aportar recursos. La Generalitat pasó la titularidad de todos los CAP, una decena en todo el Principado, los ayuntamientos del municipio del que dependían y ahora, en el caso de Ripoll, el consistorio ha hecho una concesión a la Fundación MAP y el Centro de Educación Ambiental Alt Ter por su gestión. La concesión, sin embargo, será para cuatro meses a la espera de lo que dictamine un concurso público.
La directora de la Fundación MAP, Herminia Ordeig, ha explicado que valoran mucho el hecho de poder trabajar en cooperación con otras entidades "persiguiendo la idea de no competir con nadie" y, sobre todo en este caso, "porque se trata de un proyecto muy global".
Así, el nuevo proyecto se gestionará conjuntamente "y lo compartiremos todo", explicó Ordeig. "El equipo del CEA está más especializado en turismo y nosotros en hostelería y servicios, pero repartiremos las tareas en función de las personas que tengamos, no de las actividades", puntualizó.
Según la directora del MAP, la idea principal es hacer del CAT un centro de "multi servicios turístico" porque se trata de un "gran" punto de partida y acogida de personas que quieren visitar el Ripollès. La voluntad, pues, será prestar "el máximo de servicios" para que los turistas puedan conocer el Ripollès "y se encuentren a gusto". En este sentido, el público al que se dirige el centro es tanto el turista que viene de fuera, como también al ciudadano de la comarca".
Estructura del CAT
El CAT dispone de una restaurante donde se ofrecerán todas las comidas, desde el desayuno hasta la cena. Los fines de semana el establecimiento cerrará a las dos de la madrugada, así que también tendrá una utilidad como bar de copas. Según Ordeig, "hemos intentado que el restaurante pueda estar abierto el máximo de horas posible". Además, la carta sólo ofrecerá productos del territorio y productos ecológicos. Ordeig ha destacado que intentarán comprar productos "donde detrás haya un proyecto social o sostenible". Además, los mismos productos también se podrán comprar en la agro-tienda.
En cuanto a las actividades turísticas, se ofrecerán visitas guiadas y rutas enfocadas a conocer Ripoll para divulgar su patrimonio. "El objetivo es ir extendiendo las rutas y las visitas por toda la comarca", añadió Ordeig. Además, el espacio también acogerá exposiciones itinerantes, actividades infantiles y charlas con el propósito de dinamizar el espacio y convertirlo también en un punto de encuentro.
La tercera pata del proyecto versa sobre un servicio de alquiler. Ripoll, a partir de ahora, será un 'punto burricleta'. Así, aquellas personas que se dirijan al CAT, aparte de tener la opción de alquilar una BTT, también podrán contratar el servicio de una bicicleta eléctrica. Ordeig ha resaltado que "nos gusta mucho la filosofía de poder pasear por la comarca, descubrir el paisaje y disfrutar, más allá de practicar un deporte estrictamente". Además, también añadió que el Ripollès dispone de una orografía "dificultosa" y la 'burricleta' puede ayudar a que todos puedan visitar la comarca "sin que el estado físico sea un impedimento".
La segunda etapa se plantea diferente a la inicial
Si bien los CAT nacieron como la suma de un punto de información, una cafetería y un centro de interpretación del territorio, ahora esto cambia radicalmente. En el caso de Ripoll, el CAT reivindica Ripoll como Cuna de Cataluña mediante una exposición interactiva a través de Wifredo el Velloso, conde de Barcelona. Ordeig ha explicado que este espacio no desaparecerá pero se convertirá en un centro "dinámico" con la idea de ir combinando diferentes exposiciones como una dedicada a los productos locales o la seta, cuando sea la temporada.
En este sentido, el espacio deja de ser un centro con vocación "estrictamente pública" y pasa a ser un negocio que debe aportar "rentabilidad" para "pagar el sueldo a las personas que ocupamos", destacó Ordeig . El espacio de oficina de turismo tampoco desaparece, "pero pasará a ser de autoservicio y con pantallas interactivas". Otra de las líneas de negocio que habrá explotar es convertir el CAT en una central de reservas, apuntó Ordeig.
Fuente: ACN