El Consejo Comarcal del Ripollès está comprometido a reducir los costes del mantenimiento continuado que requiere el vertedero clausurado Ripollès 3, ubicado en el término municipal de Les Llosses, cerca de la autovía C-17. Un dinero que sobre todo deriva del tratamiento de los lixiviados que van emanando de la instalación. El presidente, Joaquim Colomer, ha explicado que ya se ha sacado a licitación las obras que permitirán tratar estos líquidos in situ y de forma mucho más económica que la actual y, a la vez, innovadora.
El coste del mantenimiento del vertedero clausurado "ocupa y preocupa a los diecinueve municipios de la comarca", ha indicado el presidente. Y, después de años de trabajar, se muestra satisfecho de anunciar que el proyecto cada vez está más cerca de ver la luz. Concretamente, las obras tienen un plazo de ejecución de nueve meses y, por tanto, la puesta en marcha se estima por principios de 2024, momento en que “tendremos autosuficiencia y no dependeremos de una tercera parte que no controlemos nosotros”, ha sentenciado.
El hecho es que actualmente los lixiviados, que surgen por la descomposición y la compresión de la basura acumulada en el vertedero, deben trasladarse a una planta de tratamiento ubicada en el Baix Llobregat. La disponibilidad de esta empresa es limitada, lo que complica la gestión de este residuo, y el coste de este servicio, el pasado verano, se duplicó y pasó de 41,80 euros por metro cúbico a 80,03 . Esto puede llegar a representar unos 400.000 euros anuales. Con el nuevo sistema de tratamiento, este importe se calcula que se situará en torno a los ocho euros por metro cúbico. Un gran ahorro que el presidente espera que pueda revertir también en una rebaja de la tasa de residuos de cada municipio.
Tratamiento por electrodesaminación, in situ
La obra, que se saca a licitación por 1,35 millones de euros (IVA incluido) incluye la reparación del depósito actual de lixiviados, la creación de un depósito en el que se acumularán las aguas resultantes del tratamiento de los lixiviados y las casitas de las instalaciones. Una de ellas es donde se llevará a cabo el proceso de depuración, que será por electrodesaminación, un tipo de electrólisis que se utiliza en otros ámbitos como el tratamiento de purines pero que se implementará de forma prácticamente inédita en el ámbito de los lixiviados. Esto será posible gracias a una prueba piloto muy satisfactoria que el Consejo Comarcal del Ripollès realizó en 2018.
La electrodesaminación es un proceso que permite eliminar el amonio que llevan los lixiviados y que es su elemento más nocivo. Hecho este tratamiento, el líquido resultante pasa a ser considerado agua residual. A partir de aquí, se podrá tratar en la depuradora de Ripoll y Campdevànol, instalación también gestionada por el Consejo Comarcal de El Ripollès.
Esta segunda fase de obras de mejora en el vertedero llega gracias a que el año pasado se terminara una primera fase, consistente en crear las canalizaciones para poder separar las aguas pluviales, las seminillas y los lixiviados. Por varios motivos, sobre todo relacionados con la antigüedad del vertedero, estos tres flujos se mezclaban. Esta situación aumentaba los costes de tratamiento de los lixiviados. Con estas obras, por tanto, se ha puesto fin a esta problemática ya este sobrecoste.
Pendientes de acción climática
La primera fase de las obras se financió con fondos del consejo comarcal y los ayuntamientos, pero también contribuyó la Agencia de residuos de Cataluña con 250.000 euros y la Diputación de Girona, con 170.000. Esta segunda fase se financiará con fondos del consejo comarcal y los ayuntamientos, además de dinero del Plan único de obras y servicios de Catalunya (PUOSC). "Lamentablemente, hemos pedido dos veces consecutivas una ayuda a la Diputación de Girona ya la Generalitat para que nos ayudaran a cofinanciar esta obra y de momento no tenemos la respuesta que tuvimos con las obras de la fase 1", ha concretado Joaquim Colomer.
El presidente ha explicado que la aportación de la diputación viene condicionada a que también se haga realidad la de la Agencia de residuos de Catalunya, dependiendo del Departamento de Acción climática que, por ahora, todavía no está confirmada. "No tiramos la toalla e intentaremos seguir apretando para que estas administraciones actúen y sean consecuentes con la importancia que tiene una obra de estas características por la comarca", ha sentenciado. Si estas aportaciones no llegan, esta parte del coste también tendrá que asumirlo el consejo, en detrimento de otras políticas comarcales.