El equipo cumple un año de servicio prestado íntegramente desde el Consejo Comarcal del Berguedà. El equipo se dedica a la atención a la infancia y la adolescencia en situación de riesgo grave o desamparo y atiende tanto los niños y adolescentes como sus familias. Hace dos décadas que el servicio se presta en el Berguedà pero, hasta hace un año, el equipo abarcaba el Bages y Berguedà. Con la creación del equipo propio del Berguedà ha ganado en proximidad y en horas de dedicación y atención a los casos. El equipo lo forman una trabajadora social, una psicóloga y una pedagoga. Este primer año ha supuesto un reto y un esfuerzo pero también ha sido un proceso estimulante, motivador y complejo por lo que supone la creación de un equipo nuevo. A lo largo del año 2018 se han atendido 82 niños y 55 familias.
Uno de los principios básicos del equipo es trabajar desde la prevención, la detección y en coordinación con los servicios de los diferentes ámbitos del Berguedà, especialmente con los profesionales de la salud, los servicios sociales, de educación y de seguridad. Todos estos equipos, como dice la Ley 14/2010 de 27 de mayo, de los derechos y oportunidades en la infancia y adolescencia, deben intervenir obligatoriamente cuando tengan conocimiento de la situación de riesgo o de desamparo en que se encuentra un niño o adolescente.
Uno de los principios del equipo ha sido poder trabajar para que los niños puedan convivir con sus familias, con los apoyos y ayudas que necesiten, trabajar con las familias para potenciar la voluntad de cambio y responsabilizarse de sus procesos de mejora y poderlas acompañar desde la intervención socioeducativa. También se ofrece atención individualizada a niños / adolescentes y sus familias para promover la expresión de las emociones y se ofrece una escucha activa para ayudar a comprender las historias de vida, dar significado a los acontecimientos y a los cambios que viven los niños / adolescentes y sus familias. Sin embargo, hay casos que por la situación de alto riesgo social que presentan y que las familias no pueden garantizar la protección del menor se ha tenido que hacer el desamparo. En este primer, año se han hecho dos desamparos, el resto de casos se han podido trabajar desde el equipo y con la colaboración y apoyo de todos los profesionales de la red.