La Agenda Rural de Cataluña identifica 7 retos clave a desarrollar en los próximos años para que los territorios rurales catalanes incrementen su dinamismo social, cultural y económico, se conviertan en territorios atractivos para nueva población y, a la vez, se les tenga en cuenta como territorios clave en el camino hacia la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático.
Uno de estos retos clave se refiere a la innovación y dinamización social y económica de estos territorios, remarcando la necesidad de promover la Economía Social y Solidaria en las zonas rurales.
Teniendo en cuenta que la Agenda Rural de Cataluña está a punto de ser una realidad, hablamos del papel de los Ateneos Cooperativos en su desarrollo con Alba Rojas, Coordinadora del Ateneo Cooperativo de la Cataluña Central:
- La cultura cooperativa en el mundo rural ha estado históricamente ligada al sector primario. ¿Todavía es así?
No, ni mucho menos. El cooperativismo, como forma empresarial de la Economía Social, se desarrolla para satisfacer necesidades de personas y proyectos, y éstas son transversales. Actualmente podemos encontrar proyectos cooperativos en el mundo rural en muchos sectores y ámbitos. El sector primario sigue siendo uno, pero hay muchos otros: desde la energía a la vivienda, pasando por múltiples propuestas del sector servicios, que nacen para cubrir necesidades y porque las personas que los impulsan creen en los principios y valores cooperativos, que suelen trabajar en sintonía con el entorno inmediato y un alto sentimiento de pertenencia.
- ¿Cada vez, es pues, un modelo para tener en cuenta?
Cada vez hay más personas que se agrupan en formas de la Economía Social, ya sea para desarrollar su actividad económica, o bien para acceder a bienes de consumo de forma diferente a cómo los ofrece el “mercado”. Una economía que se ha extendido y que ha ganado peso gracias, en parte, por el trabajo de divulgación que hemos ido haciendo desde los Ateneos Cooperativos de la mano de la Dirección General de Economía Social y por el trabajo realizado por las entidades representativas; pero también porque el “mercado”, con una clara apuesta por la acumulación y la concentración, ha ido descuidando ciertos ámbitos, ciertos espacios y, en definitiva, a las propias personas. Esto ha hecho que, viendo el contexto, hay cierta tendencia de la ciudadanía a querer hacer las cosas de otra forma, pero pensamos que todavía estamos lejos de tener reconocimiento, seguramente por dos motivos principales: por un lado porque hay mucho desconocimiento al respecto, desde el ámbito educativo y universitario o en las actividades de promoción económica de entes locales o en el acompañamiento de prescriptores privados, que en muchos casos todavía ven al cooperativismo como algo raro, para pocos o antiguo; y por otro lado porque la mayoría de propuestas rompen con dinámicas establecidas y con una implicación, corresponsabilidad y participación en cuya toma de decisión, en general, las personas nos hemos desconectado: queremos que haya iniciativas que hagan las cosas diferentes, pero nos cuesta hacerlas por nosotros mismos.
- Hablamos de las ventajas que supone escoger el modelo cooperativo frente al modelo empresarial más tradicional. Y si hablamos del impacto de este modelo en el territorio.
En primer lugar, conviene decir que el cooperativismo fue un modelo empresarial tradicional y arraigado en Cataluña desde la revolución industrial, que el franquismo procuró hacer desaparecer, y que durante la transición no quiso apostarse por él. Dicho esto, la principal ventaja, desde nuestro punto de vista, es que se gestiona de manera democrática. Las personas que forman parte participan en la gestión y se corresponsabilizan, a la vez que hay un arraigo territorial, y por tanto son proyectos que difícilmente se deslocalizarán.
Esta característica hay que cuidarla y acompañarla, para que el objeto de negocio salga adelante, es necesaria una buena salud económica, pero también organizativa. Entendemos que esta mirada corresponsable y llevada adelante por las mismas personas, cuando la actividad se desarrolla de manera satisfactoria, tiene gran impacto y factores multiplicadores por el entorno donde se desarrolla, porque suele adaptarse a las necesidades de éste y trabajar en red. Después es como todo, las cosas pueden hacerse bien, mal o cómo se puede.
- La Agenda Rural de Cataluña hace una apuesta clara por la Economía Social y Solidaria en los territorios rurales como palanca de cambio por una economía por la vida. Como entidad impulsora de este modelo empresarial, ¿qué papel puede tener los Ateneos Cooperativos?
Los Ateneos Cooperativos hemos participado en la Agenda Rural de Cataluña desde el “Grupo de Trabajo de Ruralidades” donde todos aquellos Ateneos que hacemos actividad en el ámbito rural nos encontramos de manera permanente para coordinar acciones, compartir buenas prácticas y referenciar la respuesta que el cooperativismo puede tener en el mundo rural. En la Agenda Rural creemos que podemos tener, fundamentalmente, tres papeles: por un lado, hacer visible que en el territorio ya existen proyectos de la ESS que están desarrollando acciones que van en sintonía con los retos y las actuaciones a desarrollar; por otro lado podemos dar a conocer la Agenda y las actuaciones que se desprendan en toda la red territorial con la que trabajamos cada uno de los Ateneos y; finalmente, podemos acompañar a incitativas que den respuesta a los retos o a fomentar su intercooperación territorial y sectorial.
Creemos que el bagaje de trabajar en red con el tejido de la Economía Social de todo el país, y con entes locales implicados en nuestra gobernanza, es un valor que también podemos aportar en la construcción de los espacios de seguimiento para el despliegue de esta Agenda.
- El proyecto "BCN Smart Rural", centrado en fomentar la economía social en el sector agroalimentario y forestal de la provincia de Barcelona ha sido el primer proyecto donde los Ateneos Cooperativos y los Grupos de Acción Local han colaborado activamente. ¿Cómo valoras la experiencia?
Como Ateneo Cooperativo de la Cataluña Central hemos podido participar en muchas de las líneas de despliegue del proyecto: en la prospección y conceptualización de los Espais Test Agraris, en el acompañamiento a proyectos cooperativos para la gestión de infraestructuras como el supermercado cooperativo o el obrador, en el mapeo de entidades y en compartir acompañamientos, etc.
La valoración por nuestra parte ha sido muy positiva, ya que estamos convencidos, porque ésta es nuestra génesis, que coordinar y complementar servicios es de obligado cumplimiento para todos los agentes de fomento de desarrollo local y económico, y la predisposición de trabajo en este sentido dentro del "BCN Smart Rural" ha sido muy cómoda para nosotros y creemos que con resultados satisfactorios.
- Una cooperación exitosa y que con la Agenda Rural de Catalunya toma impulso.
Esperamos que sí. Sin embargo, ahora tenemos que seguir encontrando estos espacios de coordinación y trabajo conjunto a la hora de desplegar las nuevas estrategias y planes de trabajo con cada uno de los GAL que tenemos en nuestro territorio de influencia, y estamos convencidas de que los encontraremos.
- Y si hablamos del futuro de la Economía Social en el mundo rural, crees que el cambio que se está produciendo ha venido a quedarse.
Como ya hemos comentado, el cooperativismo no ha venido, el cooperativismo ya estaba, y ahora también está ahí, pero para satisfacer unas necesidades diferentes a las que satisfacía a principios del siglo XX. Tenemos la obligación de saber recoger el poso de las que nos precedieron y el reto de saberlo transformar y adaptar a las nuevas realidades socioeconómicas, y esto ocurre porque tanto el tejido existente como las instituciones públicas seguimos apostando por que este modelo económico esté, como mínimo, en las mismas condiciones de desarrollarse que el resto de los modelos.