ENTREVISTA A ANNA ERRA

ENTREVISTA A ANNA ERRA

ALCALDESA DE VIC

“El Nodo de Alimentación del CBCat da a conocer esta tecnología y esto tiene un efecto llamada sobre las empresas de aquí, que podrán ser líderes en la adopción de una tecnología que les permitirá alcanzar el alto nivel de innovación y calidad necesario para ser competitivas en el mercado global actual.”

En 2021 Vic se convertía en subsede del CBCat (Centro Blockchain de Catalunya) especializándose en alimentación y bebidas con el objetivo de formar empresarios del sector en blockchain y tecnologías descentralizadas para transformar el modelo productivo y ofrecer nuevas oportunidades. Este mes, el CBCat y el Ayuntamiento de Vic han presentado un proyecto para minimizar la impronta de carbono del sector alimentario catalán. Hablamos de estos temas con Anna Erra, la alcaldesa de Vic.


- El 12 de enero se daba el pistoletazo de salida de la iniciativa Carboni Zero en el Ayuntamiento de Vic, con la participación de tres grandes empresas de la industria alimentaria catalana: Bonpreu, Noel y Llet Nostra. ¿En qué consiste este proyecto? ¿Y quién está vinculado?

Este proyecto se basa en la creación de la etiqueta Carboni Zero, a la que podrá adherirse la industria alimentaria catalana. La vía para llegar a este objetivo es tener una plataforma tecnológica que mida, certifique y transparente las emisiones generadas en la elaboración de los productos alimenticios. Esta plataforma, además, incentivará a emprender tanto proyectos de reducción de emisiones como técnicas de agricultura regenerativa y otras buenas prácticas en cuanto a sostenibilidad ambiental.

El proyecto está liderado por el CBCat, que es un centro de la Cámara de Comercio de Barcelona, impulsado también por la Generalitat de Catalunya. En cuanto a entidades y empresas, además de Bonpreu, Noel y Llet Nostra, del sector agroalimentario, también participa muy activamente el Centro Tecnológico Beta, adscrito a la Universidad de Vic, y referente en sostenibilidad. Adicionalmente, la empresa Seidor también juega un papel importante, puesto que será la encargada de construir los enlaces para recuperar la información necesaria a partir de los sistemas de información de las empresas participantes.

Es fundamental automatizar al máximo la obtención de datos. Actualmente, el proceso de medir y certificar las emisiones es muy manual, por tanto, lento y costoso, y éste es uno de los motivos por los que no se hace.


- ¿El hecho de tener este Nodo de alimentación y bebidas del CBCat en Vic qué supone para las empresas de la ciudad y de la comarca?

El Nodo de Alimentación del CBCat da a conocer esta tecnología y esto tiene un efecto llamada sobre las empresas de aquí, que podrán ser líderes en la adopción de una tecnología que les permitirá alcanzar el alto nivel de innovación y calidad necesario para ser competitivas en el actual mercado global.

Un primer ejemplo es este proyecto que ponemos en marcha. La tecnología blockchain ofrece seguridad y transparencia, pero sin mostrar datos privados.


- ¿Cree que Vic se convertirá en un centro de referencia en Cataluña a nivel de innovación alimentaria?

Nuestra voluntad es que así sea, y en ese aspecto nosotros ponemos los recursos necesarios. Este proyecto y el piloto que haremos dará sin duda un importante impulso en este sentido.


- ¿Cuáles son los retos más importantes con los que actualmente se encuentra el sector de alimentación y bebidas?

El sector agroalimentario se ve sometido a un proceso de adaptación y transformación donde se solicita paulatinamente más sostenibilidad en toda la cadena de valor.

Por un lado, las nuevas directivas a nivel Europeo y Nacional irán afectando y condicionando un escenario que cada vez apuesta más hacia la bioeconomía, con un gran peso de la innovación y tecnología, y por otra parte, las crecientes nuevas demandas de mercado, por ejemplo la proteína alternativa, irán modificando toda la cadena de valor. Así pues, el sector tiene por delante grandes retos como son la mejora de la competitividad, la gestión de la dimensión de los modelos de negocio, las exigencias de sostenibilidad medioambiental, las nuevas demandas del mercado y el consumidor final, la necesidad de más investigación e innovación, la transformación digital o la gestión de los residuos para su valorización.


- Uno de los ejes de su Plan de Acción Municipal era que Vic fuese una ciudad del conocimiento y con progreso económico. ¿Qué valoración hace ahora que acaba el período de este PAM?

Hago una valoración positiva a pesar de que este mandato de cuatro años se ha visto interrumpido o alterado por la pandemia durante prácticamente dos años y, como es lógico, ha sido muy atípico en varios aspectos.

Por un lado, en lo que se refiere a "ciudad del conocimiento", quisiera destacar sobre todo el papel de la UVIC-UCC que sin duda es uno de los ejes principales sobre el que se construye la generación de conocimiento en la ciudad. La UVIC-UCC ha pasado en pocos años a ser una de las universidades jóvenes con mayor reconocimiento internacional gracias a la gran cantidad de investigadores que investigan, no sólo en el ámbito tecnológico y científico desde el Centro Beta, por ejemplo, que es el máximo exponente en investigación e innovación, sino también en campos como la pedagogía, los estudios de género o, evidentemente, en el ámbito médico a través de la Facultad de Medicina de la que este año saldrán los primeros graduados. Además de la universidad, otro eje generador de conocimiento en la ciudad son todas aquellas empresas, en muchos casos lideradas por jóvenes y del sector TIC, que apuestan por nuevos procesos de innovación desde su actividad privada pero que desde el Ayuntamiento acompañamos y ayudamos desde Creacció poniendo a disposición los recursos humanos y económicos y, sobre todo, creando un ecosistema de colaboración, de intercambio de experiencias, etc. gracias al espacio de coworking del VIT en el recinto ferial. Todo este conocimiento que se va gestando y generando acaba teniendo un impacto, directo o indirecto, en la vida de las personas que trabajan y viven en Vic y esto es lo que acaba dando sentido. Otro elemento generador de conocimiento importante en la ciudad, que a menudo no son contados en este ámbito, son todos los equipamientos culturales encabezados por la nueva biblioteca Pilarín Bayés y la Atlántida que, especialmente con la irrupción de las nuevas tecnologías, convertido en espacios de experimentación e innovación en los distintos campos artísticos.

Sin embargo, el progreso económico que siempre me gusta destacar es el de todas aquellas empresas que contribuyen a hacer avanzar la ciudad y las personas desde cada una de las parcelas que ocupan, desde las microempresas y pymes que son el 80 % en nuestra comarca, hasta las más grandes. Éste es el verdadero motor de la actividad económica de la ciudad y desde la administración, y en este caso, el Ayuntamiento, lo único que debemos hacer es acompañarlas, apoyarles y facilitarles actividad.

La otra cara de la moneda del progreso económico son también todas aquellas infraestructuras públicas y actividades que se promueven desde el Ayuntamiento, como pueden ser los equipamientos, las vías de comunicación, los espacios de creación y detección de talento, etc. que son multiplicadoras de actividad económica por la que generan en el momento y por la que facilitan al resto de actores a medio y largo plazo. Aquí, un tema pendiente pero que nunca por ahora se había tenido tanto como prioridad es la ampliación y mejora de la R3, una infraestructura que es clave para el progreso económico de la ciudad, la comarca y los territorios vecinos.

En el ámbito del turismo, Vic se está posicionando en el mapa. Equipamientos como el Vicpuntzero, la rehabilitación de las curtidurías evidencia una oferta de turismo cultural, de calidad y con un modelo sostenible que ponen en valor el rico patrimonio histórico de la ciudad.


- ¿Qué otras acciones han trabajado para fomentar la implantación y competitividad empresarial?

Destacamos el trabajo que se está realizando desde Creacció para dinamizar las comunidades de empresas que son un grupo de empresas con las mismas necesidades, con un mismo reto estratégico que se unen para crear instrumentos para reforzar su competitividad. Comparten necesidades y realizan sinergias y colaboran entre ellas. De aquí tenemos dos ejemplos, una comunidad de Seguridad y Salud y una de Proenergía.

 

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