Cuando hablamos de políticas de cambio climático parece que sólo los estados tengan un papel relevante al respecto, pero son las regiones y los organismos locales los que tienen bastante protagonismo a la hora de realizar actuaciones efectivas e interesantes tanto en la mitigación de los gases de efecto de invernadero, como en la adaptación a los impactos del cambio climático.
La Oficina Catalana del Cambio Climático (OCCC) es el organismo de la Generalitat de Cataluña (Departamento de Territorio y Sostenibilidad) que propone el desarrollo y hace el seguimiento de las políticas de cambio climático en Cataluña para mitigar sus efectos y buscar las fórmulas de adaptación adecuadas. Disponer de buenos estudios en el ámbito local es clave para acertar las medidas de adaptación más eficaces, y eso es lo que está haciendo el OCCC. Vamos pues a conocer la realidad de nuestras comarcas y algunas de las medidas que podemos implementar para adaptarnos a los impactos del cambio climático.
-Actualmente La Oficina está realizando el proyecto Life + MEDACC que incluye una serie de experiencias piloto sobre el territorio. ¿Nos puede hablar de ello brevemente?
MEDACC -acrónimo en inglés de Adaptando el Mediterráneo el Cambio Climático- es un proyecto de 5 años de duración (julio 2013-julio 2018), cofinanciado por el Programa LIFE + (Políticas Ambientales y Gobernanza) de la Unión Europea y cuenta con la participación de 4 instituciones diferentes: el OCCC, que es el socio coordinador, el CREAF, el Instituto Pirenaico de Ecología-CSCIC y el IRTA.
MEDACC nace con el objetivo de probar soluciones innovadoras orientadas a adaptar nuestros sistemas agroforestales y urbanos a los impactos del cambio climático. Lo hace, en especial, a partir de la puesta en marcha de actividades demostrativas (pruebas piloto) en tres cuencas representativas de Cataluña (Muga, el Segre y el Ter). Estas son las principales acciones de MEDACC:
-Participación de actores en diferentes fases del proyecto, aportando su conocimiento y experiencia.
-Evaluación de los principales impactos del cambio climático y las vulnerabilidades territoriales de las tres cuencas.
-Identificación de aquellas áreas, sistemas y sectores económicos más sensibles al cambio climático.
-Diagnosis de qué medidas de adaptación se han aplicado previamente en las cuencas de estudio y qué efecto han tenido.
-Definición de nuevas medidas de adaptación (gestión del agua, cultivos y bosques); algunas de estas nuevas medidas se implementan en pruebas piloto (agrícola y forestal).
-Seguimiento y monitoreo de los efectos de las pruebas piloto en las tres cuencas.
D-ifusión de los resultados a diferentes redes y plataformas.
-A Través de este proyecto y otros estudios disponen ya de datos interesantes que son impresionantes cuando bajamos a una escala local. ¿Nos podría decir por ejemplo algunas de las conclusiones a las que están llegando?
Entre otros resultados que estamos obteniendo están los derivados del análisis histórico de la relación entre parámetros climáticos -temperatura, precipitación-, físicos -cambio en los usos del suelo, evapotranspiración potencialmente e hidrológicos -Caudal circulantes en los ríos, ratio precipitación versus caudal- a las tres cuencas. Estos resultados indican una reducción significativa de caudales en la cabecera de la Muga, Segre y Ter como consecuencia de una reducción de la precipitación y un incremento de la evapotranspiración -ligada al incremento de temperatura-; reducción que se ve incrementada por el cambio de usos en el suelo y por el aumento de las demandas aguas abajo de los embalses, sobre todo en cuanto al riego agrícola. Un cambio de usos en el suelo en el que el fenómeno de la forestación -incremento natural de la superficie boscosa debido al abandono de la gestión agroforestal y ganadera- tiene mucho que ver.
- Si a todo esto le sumamos que Cataluña es un país densamente boscoso, ¿tenemos un problema de vulnerabilidad en los próximos años?
La vulnerabilidad no viene determinada porque Cataluña tenga más de un 60% de superficie forestal, sino por qué estamos haciendo -o dejando de hacerlo con este 60% de nuestro territorio. A menos intervención, más riesgo de grandes incendios forestales, más vulnerabilidad a la sequía y menos agua en los ríos.
- ¿Y como estamos a nivel de gestión forestal?
Según datos del Departamento de Agricultura, datos que hemos podido corroborar en las tres cuencas que estudiamos, sólo son ejecutadas un 25% de las tareas forestales aprobadas en los planes de gestión correspondientes. Dicho de otro modo: de cada 100 hectáreas que disponen de instrumentos de gestión, sólo 25 hectáreas son realmente intervenidas (desbroces, clareos, podas, etc.).
- ¿Cuáles son las zonas de Cataluña que están haciendo una correcta gestión forestal?
Afortunadamente, son muchas las iniciativas locales que se dirigen a hacer una progresiva recuperación de la intervención en el espacio agroforestal y ganadero. Estas iniciativas son excelentes medidas de adaptación a los impactos del cambio climático porque reducen la vulnerabilidad de nuestro territorio. En las cuencas de estudio del MEDACC, son especialmente destacables las del Ripollès, Lluçanès, Gavarres y Solsonès, así como también en el Alto Pirineo.
- Parece que hay camino por recorrer. ¿Qué recomendaría a los municipios para parar la forestación?
Por supuesto que hay camino por recorrer. Pienso que todos los estamentos de la administración catalana deberían considerar los bosques y los servicios ecosistémicos que nos ofrecen como una infraestructura capital de país, de la misma manera que las carreteras, los ferrocarriles o los hospitales. Nos proveen de materiales, regulan el ciclo hidrológico y el control de la erosión, el clima, actúan de sumideros de carbono y son un marco de relación cultural y de ocio. Pero hay que actuar; de otro modo, es como si no hiciéramos nada al 60% de nuestra casa y sólo tuviéramos ordenados el comedor y una habitación.
- Estamos acostumbrados a oír que determinadas empresas hacen políticas de Responsabilidad Social Corporativa ayudando a plantar árboles en la Amazonia, por ejemplo. Curiosamente ustedes están comenzando a promover todo lo contrario en algunas empresas catalanas, que ayuden a bajar la masa forestal. ¿Cómo se está acogiendo esta iniciativa?
Promover la plantación de árboles en la Amazonía está muy bien, pero si en Cataluña queremos luchar contra el cambio climático hay que hacer gestión forestal y esto supone, entre otros, cortar árboles. Es un choque cultural, pero es necesario plantearlo; es evidente que hay bosques maduros y singulares donde las actuaciones no pasan para cortar árboles. Pero suponen sólo el 2% de las masas boscosas del país. El resto, necesita nuestra intervención. Por lo tanto, lo que estamos planteando a las empresas es que si quieren contribuir a que nuestro territorio sea más resiliente, nos ayuden a hacer efectivas tareas de gestión forestal como las que se plantean a los Puntos Estratégicos de Gestión, definidos por el cuerpo de bomberos y las ADF, para reducir el riesgo de gran incendio forestal. Es un reto, pero hay que afrontarlo.
Más información en:http://medacc-life.eu/ca