Últimamente estamos viendo como los gobiernos locales están impulsando la participación ciudadana, integrando a la comunidad en el ejercicio de la política. Por este motivo, nos ha parecido interesante conocer un poco más este tema de la mano de Merluza Pelàez, alcalde de Figaró, que ha sido puesto como ejemplo por diferentes países extranjeros por su gestión de la participación ciudadana.
- ¿Cree que la apuesta por la participación ciudadana como una forma más directa de ejercer la democracia ha ido a más entre los ayuntamientos en Cataluña?
Sí. Aunque hay muchas maneras de entender la participación ciudadana. Pero en general creo que sí.
- ¿Desde cuándo está trabajando la participación ciudadana en Figaró y por qué cree que el caso se puede considerar paradigmático en este campo?
Desde el año 2003, coincidiendo con la primera legislatura del gobierno de Activa para Figaró (CAF). No sé si en nuestro caso se considera paradigmático. En todo caso, entiendo que sus puntos fuertes son: ( 1) un muy buen punto de partida con el primer gobierno; ( 2 ) la regularidad y la claridad con que se han mantenido los diferentes procesos ; y (3 ) el compromiso de los equipos de gobierno que han gobernado los dos siguientes mandatos .
- El reglamento de participación ciudadana menciona mecanismos como la consulta ciudadana, el consejo de pueblo, los núcleos de intervención participativa... ¿cuántas veces se han implementado estos mecanismos y cuál ha sido la respuesta a la gente?
No puedo dar datos exactos de cada cosa sin consultar documentación pero os hago una aproximación:
- Consultas ciudadanas se han hecho por lo menos dos (una para preguntar sobre la grafía del nombre del municipio, la otra para preguntar sobre la posición del ayuntamiento por la independencia de Cataluña).
- Núcleos de Intervención Participativa no recuerdo que se haya hecho ninguna.
- Consejos de Pueblo en recuerdo cuatro como mínimo (POUM los dos PAM de 2007 y 2011 y por el Plan local de vivienda).
- Se han hecho ocho ediciones de los presupuestos participativos (estamos haciendo que hace nueve) y dos procesos de elaboración del PAM (Plan de Actuación Municipal de mandato y grandes inversiones).
La respuesta es oscilante. Pero estamos manteniendo un 25-30 % de participación en votaciones de presupuestos (sobre censo de participación ciudadana de unas 700 personas). Los Consejos de Pueblo más concurridos reúnen hasta 70 personas (10% del censo).
- ¿Qué balance hacen hasta ahora?
Bueno, aunque los procesos participativos presupuestarios, tal como los conocemos, parten de la base de presupuestos municipales que incrementan año tras año. Esto significa que el contexto actual nos debe hacer modificar alguna perspectiva.
En cuanto a los procesos que no afectan directamente al presupuesto, a menudo pienso que abrir mucho los espacios formales de participación desde la administración pública desincentiva la fortaleza de la sociedad civil. Pero reconozco que deberían elaborarse mejor la hipótesis, más allá de mi simple sensación.
- Llevar a cabo una clara apuesta por la participación ciudadana como la de su ayuntamiento ¿sólo es posible en municipios pequeños como el suyo o hay en algunos casos falta de voluntad política de querer poner los instrumentos adecuados?
Yo sólo estoy en una posición de cargo electo que cree que la participación ciudadana ayuda a fortalecer la conciencia de pueblo y crear espacios de responsabilidad por el bien común. Son las personas que saben de técnicas de participación que pueden decir si en municipios más grandes se puede o no se puede salir adelante. Supongo que sí se debe poder. Muchos municipios de todo lo están haciendo (Porto Alegre es un ejemplo).
Evidentemente que hay casos de falta de voluntad política para llevar adelante procesos participativos, pero cada gobierno está en su derecho de querer crear espacios de participación o no. Y la ciudadanía vota opciones políticas que, en sus programas, deben dejar claras sus intenciones sobre el tema. Quiero decir que, en definitiva, es el pueblo el que decide quién debe gobernar y si le exige que abra espacios participativos o no. Y es tan legítimo optar por hacerlo como no hacerlo.
Lo que considero menos legítimo es comprometerse a crear espacios para la participación y que estos espacios no garanticen realmente la información transparente, la deliberación abierta y la decisión vinculante, que me parecen los tres pilares sobre los que debe fundamentarse la participación.