En el marco del Día Internacional del Aire Limpio, proclamado por la ONU, se ha puesto de manifiesto la importancia de mejorar la calidad del aire que respiramos, no solo en exteriores, sino también en espacios interiores. A menudo relegada a un segundo plano, la mala calidad del aire en interiores puede tener consecuencias devastadoras para la salud. De acuerdo con datos de la OMS, la contaminación en estos espacios fue responsable de más de 3 millones de muertes en 2020. Para profundizar sobre esta problemática y explorar soluciones, conversamos con el Sr. Marc Santanach, experto en tratamiento del aire interior de SODECA, una empresa líder en el sector de la ventilación.
- ¿Cuál es la situación actual respecto a la calidad del aire interior en comparación con la exterior? ¿Por qué cree que el aire interior no recibe tanta atención en el debate público?
Es una buena pregunta, por ejemplo, ¿por qué nos fijamos mucho en el agua que bebemos, pero no le damos importancia al aire que respiramos cuando estamos en casa o en el trabajo? Pasamos hasta el 90% de nuestro tiempo dentro de lugares públicos o privados, esto hace que se incremente la exposición a contaminantes acumulados como partículas en suspensión, químicos de productos de limpieza, moho y, sobre todo, dióxido de carbono. El aire interior no recibe la misma atención en el debate público porque no se perciben fácilmente sus efectos inmediatos y las fuentes de contaminación están más dispersas y menos visualmente evidentes que las emisiones industriales o automovilísticas exteriores. Así pues, una buena calidad del aire interior es esencial.
- La OMS estima que más de 3 millones de personas fallecieron en 2020 debido a la contaminación del aire interior. ¿Cuáles son los principales factores que contribuyen a la mala calidad del aire en interiores, y cómo afectan a la salud?
Los principales factores que deterioran la calidad del aire interior son la mala ventilación, el uso de productos químicos, la combustión en cocinas y calefacciones, los materiales de construcción y la acumulación de moho y polvo. Estos contaminantes pueden provocar afecciones respiratorias como asma, alergias, enfermedades cardiovasculares, y en casos extremos, el desarrollo de enfermedades crónicas o incluso la muerte prematura. La OMS subraya que los niños, ancianos y personas con condiciones preexistentes son los más vulnerables.
Aparte de estos contaminantes también está el dióxido de carbono, que lo generamos las propias personas cuando hacemos ciertas actividades. Un ejemplo muy claro es, durante la noche, a muchos nos gusta dormir con la puerta de la habitación cerrada, pero ¿cuántos nos hemos levantado por la mañana con dolor de cabeza, aturdidos o con sensación de haber pasado mala noche? Esto es debido a la alta concentración de CO2 que se ha generado mientras dormíamos y no se ha ventilado de forma correcta.
- SODECA ofrece soluciones para el tratamiento del aire en espacios interiores. ¿Podría explicarnos qué tecnologías o productos clave son efectivos para mejorar la calidad del aire en hogares, oficinas y espacios públicos?
El principal actor que ayuda a tener una mejor calidad del aire interior son los filtros mecánicos. Basándose en diferentes eficacias, podemos retener desde polvo hasta partículas muy finas, donde se pueden encontrar bacterias y virus. También es importante disponer de medidas de desinfección como es el uso de lámparas germicidas basadas en luz ultravioleta UVc. Además, existen y disponemos de otras soluciones, más específicas según el tipo de mercado donde queramos actuar.
- En el contexto de la pandemia, muchas empresas y organismos han empezado a prestar más atención a la ventilación y al tratamiento del aire. ¿Cómo ha cambiado el enfoque en la gestión del aire interior a raíz de esta crisis sanitaria?
La pandemia del COVID-19 ha subrayado la importancia de una correcta ventilación para reducir la propagación de virus en espacios interiores. Muchas empresas e instituciones han adoptado sistemas de filtración más avanzados y han prestado más atención a la renovación constante del aire. Además, como he comentado anteriormente, ha aumentado el uso de tecnologías como la desinfección por luz ultravioleta UVc, y la implementación de sensores de calidad del aire que permiten monitorear en tiempo real los niveles de contaminantes.
- La calidad del aire interior también está relacionada con el uso de ciertos materiales de construcción y productos domésticos. ¿Qué recomendaciones haría para quienes buscan crear o reformar espacios interiores saludables?
A la hora de diseñar o reformar espacios interiores, es importante seleccionar materiales de construcción que no emitan compuestos orgánicos volátiles (COV), así como optar por pinturas, adhesivos y barnices con bajos niveles de emisión de sustancias químicas. Es igualmente crucial implementar sistemas de ventilación efectivos, como por ejemplo los recuperadores de calor con filtración F7. Evitar el uso excesivo de productos de limpieza agresivos también es recomendable para mantener un entorno saludable.
- Desde su experiencia, ¿cuál es el futuro del tratamiento del aire en interiores? ¿Qué innovaciones o cambios reguladores cree que son necesarios para garantizar entornos más saludables?
El futuro del tratamiento del aire en interiores está orientado hacia la innovación y la regulación más estricta. Ya se están implementando el uso de tecnologías inteligentes que monitoricen la calidad del aire en tiempo real y ajusten los sistemas de ventilación automáticamente. Además, los edificios autosuficientes en energía que incluyan ventilación pasiva o soluciones híbridas serán una tendencia. En cuanto a la regulación, desde la pandemia se está insistiendo en que los estándares para la calidad del aire interior se endurezcan, obligando una ventilación mínima con ciertas tecnologías aplicadas y a su vez lo más eficientes posible.