Del 4 al 6 de noviembre, Barcelona volverá a ser la capital mundial de las ciudades inteligentes con la celebración de Smart City Expo World Congress 2025 (SCEWC). En esta edición, la más ambiciosa hasta ahora, la Inteligencia Artificial ocupará un puesto central como motor de transformación urbana. Conversamos con Ugo Valentí, director del evento, para conocer las claves del congreso y su impacto global.
- Ésta será la mayor edición de la historia del SCEWC. ¿Qué factores explican ese crecimiento y qué representa para Barcelona acogerlo?
El crecimiento del Smart City Expo World Congress es el resultado de más de una década de trabajo y liderazgo. Desde 2011 hemos trabajado para ofrecer una plataforma en la que ciudades, empresas, universidades, centros de investigación e instituciones pudieran debatir, compartir experiencias y construir conjuntamente soluciones reales. El hecho de que cada año aumenten los expositores y asistentes demuestra que el congreso responde a una necesidad real y global: encontrar respuestas a los grandes retos urbanos. Para Barcelona, acoger el evento refuerza su papel como capital mundial de la innovación urbana y líder en el movimiento de ciudades inteligentes desde su nacimiento.
- La nueva área AI-enabled cities pondrá la Inteligencia Artificial en el centro de la transformación urbana. ¿En qué ámbitos concretos veremos su impacto más inmediato?
La Inteligencia Artificial es sin duda un catalizador y un acelerador sin precedentes. Su capacidad para analizar datos masivos, detectar patrones y anticipar escenarios puede aplicarse a muchos campos del funcionamiento de una ciudad. Nos permitirá mejorar la gestión del tráfico, pero también la eficiencia energética, la seguridad ciudadana o la planificación urbana.
Pienso que el impacto más inmediato lo veremos en la movilidad, donde la IA puede estudiar los flujos de movimiento de personas y vehículos, e indicar dónde hay que realizar ajustes en el tráfico para reducir congestiones. También en la gestión de infraestructuras críticas, como el agua y la energía; y en la prevención de riesgos, anticipando fenómenos meteorológicos extremos. Pero lo importante es que la IA nos permitirá ofrecer servicios más personalizados y adaptados a las necesidades de los ciudadanos, convirtiéndose en una herramienta clave para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
- El congreso reúne a más de 600 ponentes internacionales y 1.000 expositores. ¿Cómo se garantiza que este ecosistema tan diverso genere colaboraciones reales y proyectos concretos más allá del evento?
Nuestro objetivo no es sólo reunir a los actores más relevantes, sino crear las condiciones para que trabajen juntos. Por eso diseñamos espacios de networking, sesiones temáticas y áreas de innovación que favorecen el intercambio de experiencias y el nacimiento de nuevos proyectos. El valor del congreso está en esta combinación única: líderes políticos, empresas punteras, startups y sociedad civil debatiendo y trabajando juntos en un mismo sitio. Muchas iniciativas que hoy son referentes globales nacieron en Barcelona durante el SCEWC. La clave es ir más allá de un simple escaparate y crear las condiciones para que las personas clave de diferentes ámbitos o instituciones puedan conocerse.
- La sostenibilidad es un eje clave del programa. ¿Cómo pueden las ciudades aprovechar la tecnología para avanzar hacia modelos más respetuosos con el medio ambiente y al mismo tiempo más inclusivos?
Las ciudades consumen el 75% de la energía del planeta y son responsables del 70% de las emisiones de CO₂. Esto significa que no habrá solución a la crisis climática sin cambio impulsado desde las ciudades. En esto, la tecnología tiene un papel esencial. Los sistemas basados en IA para regular la movilidad que mencionábamos antes tienen un impacto crítico en la reducción de emisiones, los sensores inteligentes que nos permiten detectar fugas en el sistema de distribución del agua también nos permitirán evitar el desperdicio de un elemento clave desde el punto de vista medioambiental. Pero no debemos olvidar que la sostenibilidad también pasa por las personas. La concienciación y poder proporcionar herramientas para que actuar de forma medioambientalmente responsable sea más fácil.
Esto también significa que debemos aprovechar toda esta innovación para reducir desigualdades. Si garantizamos el acceso universal a los servicios básicos, a la conectividad y somos capaces de crear espacios urbanos más saludables e inclusivos, conseguiremos no sólo una ciudad más sostenible medioambientalmente, sino económica y socialmente haciéndola más justa.
- El SCEWC también apuesta fuerte por las startups con el Innovation Playground. ¿Qué papel juegan estas empresas emergentes en la construcción de las ciudades del futuro?
El ámbito de la innovación urbana es un terreno altamente tecnológico, lo que significa inevitablemente que las startups son elementos fundamentales. ¿Por qué? Porque aportan agilidad, creatividad y una capacidad disruptiva a la hora de encontrar soluciones a problemáticas muy concretas que las grandes corporaciones no pueden tener. Muchas de las innova ciones que hoy ya están transformando las ciudades nacieron en pequeñas empresas que supieron detectar un problema y ofrecerle una solución radicalmente nueva. El Innovation Playground quiere ser el escaparate de estas empresas transformadoras y, al mismo tiempo, un puente con administraciones, inversores y grandes multinacionales que después tengan capacidad para escalar estas soluciones.
- Por último, bajo el lema The Time for Cities, ¿qué mensaje quiere transmitir esta edición a gobiernos, empresas y ciudadanía?
"The Time for Cities" quiere transmitir un mensaje claro: el futuro del planeta se juega en las ciudades. Son el principal campo de batalla contra el cambio climático, la desigualdad y la urbanización desordenada. Pero al mismo tiempo son también el espacio en el que se pueden generar las soluciones más efectivas y transformadoras. Esta edición quiere ser un llamamiento a la acción: es el momento de que gobiernos, empresas y ciudadanía entiendan que no hay tiempo que perder. Tenemos las herramientas, conocimiento y experiencias de éxito. Ahora es necesaria voluntad política y colaboración para transformar las ciudades y hacerlas más habitables, inclusivas y sostenibles para las generaciones futuras.