Recientemente la línea L10 de autobús, que va desde el Prat hasta Sant Feliu de Llobregat ha incorporado un autobús con motor de tecnología híbrida diésel-eléctrica.
La incorporación de
autobuses híbridos forma parte del compromiso del
Ayuntamiento del Prat y del
Área Metropolitana de Barcelona para ofrecer un servicio de transporte público de calidad y sostenible, incorporando las mejores tecnologías disponibles, ya sea para minimizar el impacto ambiental y mejorar la calidad del aire, como para ofrecer mejor servicio o más información a los usuarios.
El sistema de propulsión híbrida ofrece un rendimiento óptimo en trayectos urbanos, ya que aprovecha los procesos de desaceleración y frenado para recargar las baterías gracias a un sistema de frenado regenerativo. Estos autobuses disponen de un motor de combustión interna asociado a un generador eléctrico, que permite la recarga de las baterías.
Esto supone que pueden circular con tracción puramente eléctrica, con cero emisiones y consumo, hasta que la carga de las baterías cae por debajo de un nivel mínimo. A partir de ese momento, se activa el motor de combustión interna que hace de propulsor del vehículo, al tiempo que hace funcionar el generador eléctrico para volver a cargar las baterías hasta el nivel necesario para que vuelva a funcionar en modo puramente eléctrico.
De esta manera se consigue un ahorro de energía del orden del 30% y una considerable reducción de emisiones de partículas, óxidos de nitrógeno y monóxido de carbono, en comparación con los vehículos diésel convencionales. El sistema híbrido también tiene efectos positivos en la reducción de contaminación acústica.
Según los ensayos conocidos, la reducción de la potencia acústica puede llegar al 50%.