Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en colaboración con la empresa Inédito y con la UPC, han llevado a cabo un estudio que determina qué materiales son más adecuados para la construcción de las aceras.
Según el estudio, hormigón y asfalto son las soluciones más respetuosas con el medio ambiente, mientras que las aceras de granito, piedra natural mayoritaria en pavimentación exterior, son las que más energía consumen y las que más contribuyen a la emisión de gases efecto invernadero a lo largo de su ciclo de vida. La idoneidad ambiental de una u otra acera dependràmés del tipo de material utilizado que de la durabilidad del pavimento.
Para reducir el consumo de energía fósil y de emissionsde CO2 asociados al transporte urbano, en la planificación urbanística se suele poner mucho énfasis en promover los desplazamientos a pie, mediante la construcción de pavimentos adecuados, tanto desde el punto de vista técnico como económico y estético. Pero la construcción de estos pavimentos y su mantenimiento producen importantes consumos energéticos y gases de efecto invernadero a tener en cuenta en los balances ambientales asociados al fomento de la movilidad sostenible.
Un equipo de investigadores de la Escuela de Ingeniería de la UAB, en colaboración con la empresa spin off de la UAB Inédito y la Universidad Politécnica de Cataluña, ha añadido el estudio ambiental del ciclo de vida de los materiales estos pavimentos para que el proceso de diseño sea realmente completo, si se pretende minimizar el impacto ambiental.
Los científicos han analizado tres tipos de materiales utilizados ampliamente en la construcción de aceras: losas de granito, losas de hormigón y asfalto. Han hecho un inventario de la aportación a la emisión de gases de efecto invernadero a lo largo del ciclo de vida completo de estos tres materiales, a partir de la energía consumida en todo el proceso de producción, transporte, construcción y mantenimiento : desde el momento de la fabricación de las losas, ya sea a partir de agregados en el caso del cemento del hormigón, del petróleo en el caso del asfalto, o de la extracción y la procesado de la roca en el caso del granito, pasando por todo el período de transporte y colocación, las sucesivas sustituciones de la capa más superficial del pavimento por mantenimiento y reparaciones; hasta la deconstrucción final de lavorera.
Mientras el promedio de la vida útil del pavimento de granito y de hormigón está entre los 20 y los 45 años respectivamente, en el caso del asfalto está en tan sólo 15 años. Los investigadores han incorporado 9 escenarios de variabilidad de la vida útil para determinar cuál es el mejor pavimento, por qué y en qué condiciones.
Los resultados indican que la durabilidad de cada diseño tiene un papel fundamental en reducir la demanda total de energía y emisiones de CO2 de las aceras pudiendo alcanzar reducciones del impacto ambiental de más del 60% en todos los casos.
Cuando se comparan diferentes diseños constructivos, las ganancias ambientales vienen determinados por el tipo de materiales utilizados más que para la durabilidad de los pavimentos. En términos de contribución al calentamiento global, medida según una magnitud que los científicos llaman potencial de calentamiento global (Global Warming Potential o GWP), el estudio indica para un período de análisis de 45 años, que aceras de asfalto con una durabilidad de 15 años son la mejor solución perreduir las emisiones totales de CO2. Estas emiten un 2.2% menos CO2 que aceras de hormigón con una durabilidad de 35 años y un 22% menos CO2 que aceras de granito de 45 años de durabilidad, aún suponiendo que las aceras de asfalto tienen dos veces más operaciones de mantenimiento y reparación .
Sólo cuando se prevé que la duración del pavimento de hormigón supere los 35 años, este es la solución más respetuosa con el medio ambiente. No es el caso del granito, que debería durar mucho más de 45 años para reducir las emisiones asociadas a las aceras de asfalto y hormigón.
El estudio ha sido publicado en la revista Transportation Research y han participado los investigadores Juan-Manuel F. Mendoza, Jordi Oliver-Solà, Xavier Gabarrell y Joan Rieradevall, del Grupo SosteniPrA del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la UAB, de la empresa spin-off de la UAB Inédito y del Departamento de Ingeniería Química de la UAB , en la Escuela de Ingeniería; junto con Alejandro Josa, del Departamento de Ingeniería del Terreno, Cartográfica y Geofísica y del Instituto de Sostenibilidad de la Universidad Politécnica de Cataluña.
Font: Parc Recerca Universitat Autònoma