Tener un buen olfato. Este es uno de los principales rasgos de cualquier perro, pero si a esto se le suma un buen adiestramiento puede convertirse en un agente más en las filas de cualquier cuerpo policial. Este es el papel que tienen la Xica y Max, una pastor alemán y un cocker, que trabajan en las filas de la Policía Municipal de Girona. Ellos dos y su guía canino, el agente Felipe, patrullan las calles para que los perros detecten sustancias estupefacientes.
Esta unidad canina es un ejemplo de las cinco que actualmente se pueden encontrar en las comarcas de Girona, mientras que otras dos ya están adiestrando perros para ponerlas próximamente en funcionamiento.
El primero de los cuerpos de seguridad municipales a poner en marcha una unidad canina fue la Policía Local de Salt, que tiene dos perros. Aparte del cuerpo Salt también hay en Girona; Playa d'Aro -donde cuentan con un perro-; Lloret de Mar -donde tienen dos cans- y Caldes de Malavella, donde la unidad tiene un perro a su servicio. A estas cinco se sumarán las de Olot y Palafrugell, que según el intendente jefe de la Policía Municipal de Girona, Josep Palouzié -que también es presidente de la asociación de jefes de policías-, se están entrenando y adiestrando perros para poder crear futuras unidades.
La Policía Municipal de Girona cuenta desde octubre del año pasado con la unidad canina. Se inició con una perra, la Chica, y ahora ya hay dos perros. Agente Felipe es el guía. En días de verano, la Unidad sale de tarde y lo que hace básicamente es patrullaje. Es decir, el agente va con uno de los perros en zonas donde se sabe que hay personas que consumen algún tipo de sustancia o también en áreas donde hay mucha afluencia de gente, por ejemplo la estación de autobuses o en la de tren.
Animal interpreta su patrullaje como un juego. Y es que, cuando señala al agente que ha encontrado alguna sustancia estupefaciente, después recibe un premio, por ejemplo una pelota. La Xica, por ejemplo, para mostrar al agente Felipe que ha encontrado algo, señala el lugar donde lo ha encontrado sienta al lado de la persona. El cocker -en Max- es un poco más activo e incluso toca la persona para señalar que ha localizado.
Los dos perros, según explica el agente Felipe, no se equivocan y cuando patrullan, por ejemplo, se pueden encontrar con una persona en el parque que asegura no llevar encima ningún tipo de droga. Animal, sin embargo, lo muestra y, tras mucho rato, la persona lo termina entregando. A veces, a esta misma persona a quien se le levanta un acta administrativa -se la multa- se la puede llegar a encontrar hasta tres días seguidos. Pero como dice el agente Felipe, «cuando reciben la notificación en casa de la multa, la mayoría ya no vuelven a consumir o al menos ya no llevan nada encima».
El día a día de la Unidad Canina es ir arriba y abajo, seguir el instinto del perro pero también, como es normal, el del agente. Agente Felipe explica que los dos animales están adiestrados de tal forma que pueden reconocer con su ofato diferentes tipos de drogas: hachís, cocaína, heroína y marihuana.
Son muy hábiles, también, a la hora de inspeccionar vehículos. A veces lo hacen en autocares o también participan en dispositivos de control de vehículos -este año han actuado en undécima. Max, el cocker, es especialista en ello. Y es que, como dice el agente, su tamaño más pequeño permite que pueda ir arriba y abajo y entrar y salir del vehículo. Con todo, sin embargo, resalta que sólo la presencia del perro hace que mucha gente que lleva marihuana quizá sólo por el consumo la entregue al agente incluso antes de que el perro actúe.
Estas son las actuaciones más comunes, pero desde Girona también colaboran con la Policía de Salt en controles sobre todo en la franja de Santa Eugenia y Can Gibert, barrios situados en los límites entre los dos términos municipales. Desde principios de años, se han realizado tres actuaciones conjuntas. La «estrella» fue el hallazgo de la Chica, que el 25 de junio descubrió una «mula» que venía de Marruecos con 121 bellotas de hachís y encontró droga en la mochila de un hombre. En total llevaba 117 gramos y parte de ellos todavía estaban dentro estómago. En el hospital Josep Trueta de Girona le encontraron todavía droga en el interior del estómago. Expulsó a tres y un cuarto en la celda de la policía.
Fuente: Diario de Mallorca E.Batlle. Foto: Aniol Esclusa